Blanqueamiento dental​

El blanqueamiento se consigue aplicando un gel sobre la superficie del diente. Es un proceso que se va repitiendo por toda la dentadura. En nuestra clínica utilizamos solo geles de primera calidad, que se componen de peróxido de carbamida o de hidrógeno a distintas concentraciones, según el caso. Según el paciente, sus circunstancias y el estado de su dentadura, realizaremos el blanqueamiento dental en la clínica, o podremos proponerle incluso realizarlo en su propia casa.

Hay blanqueamientos para aplicar en casa o en la clínica según el caso. Cuando vengas a la clínica y tras evaluarte, te diremos si es posible esta opción para ti, siempre asegurándonos de que puedas conseguir los resultados deseados. Cuando se realiza el blanqueamiento en casa, se hace aplicando el gel mediante las férulas de blanqueamiento. La férula es una funda plástica personalizada de todos los dientes donde se coloca el gel para que pueda estar en contacto con los dientes a blanquear.

Te aseguramos que el blanqueamiento dental no es nada doloroso. En algunas ocasiones puede causar hipersensibilidad dental durante el tratamiento, sintiendo el paciente las cosas más frías y calientes de lo normal. Cuando esto sucede reducimos la cantidad o frecuencia del blanqueamiento para que no sea molesto, además de combinarlo con geles específicos que tratan la hipersensibilidad. De esta forma, podrás realizar el blanqueamiento sin molestias en todos los casos.

La evolución natural hace que los dientes se oscurezcan con la edad y muchos otros factores, como la alimentación, el tabaco, etc. Con el blanqueamiento se recupera esa luminosidad que tenían los dientes y, al igual que si cuidamos nuestra piel las arrugas serán más atenuadas, si cuidamos nuestro color de dientes, se conservará mejor.

Sí, si por el consumo de antibióticos como la Tetraciclina tu dentadura ha perdido su color natural, podemos realizar también un tratamiento de blanqueamiento dental, aunque las características de esta medicina lo ponen un poco más difícil. Por tanto, debes tener en cuenta que en este caso nosotros necesitaremos más tiempo, y tú algo más de paciencia.

En su momento te lo explicaremos con detalle, pero para que te hagas una idea, en general deberemos evitar alimentos muy pigmentados (como la remolacha, el vino, los arándanos, etc.), alimentos ácidos (como el café, alcohol, mariscos, etc.), así como el tabaco.

Los dentífricos blanqueadores tienen cierta eficacia, pero con limitaciones. Pueden ayudarnos a disimular manchas de los dientes causadas por el consumo de determinados alimentos como el café, té, vino, tabaco, etc., pero no las eliminan definitivamente y además su abuso puede ser contraproducente. ¿Por qué? Debido a su mecanismo de blanqueamiento. Los dentífricos blanqueadores contienen sustancias abrasivas que hacen que se pula la superficie del esmalte, eliminando de esta forma muchos tipos de manchas, pero no solo eso, sino que pueden acabar también con la placa bacteriana, algo nada recomendable. Por esto no se recomienda el abuso de este tipo de dentífricos. Por supuesto que se pueden utilizar. Podemos alternar el uso de este tipo de dentífrico con el que usamos habitualmente, eso sí, cepillándonos los dientes de forma adecuada. Una visita regular al dentista también nos permitirá asegurarnos de que todo está bien.

Esto va a depender del tipo de blanqueamiento. El caso más habitual o promedio suele ser una o dos sesiones en la clínica, de una hora y media cada una aproximadamente, y un complemento para aplicar en casa posteriormente. Por otro lado, en muchos casos es posible hacer sólo el tratamiento en casa, dependiendo de estado del paciente.

La edad mínima para hacerse un blanqueamiento dental es de 18 años. En cualquier caso, el dentista siempre realizará una exploración para determinar la idoneidad del tratamiento o si puede existir algún impedimento o problemática.